Todo empezó cuando nos informaron del proyecto de adopciones para el estudio de la Asociación PonteColombia.
Conocíamos ya desde mucho tiempo las actividades de la Asociación, antes del enlace especial entre Ponte in Valtellina y Popayan en Colombia. Estábamos por enamorarnos del proyecto, y esto porque quien nos explicaba el todo estaba totalmente y profundamente enamorado del proyecto mismo. Enamorado de manera constructiva y crítica, enamorado de un amor que quiere ver crecer y encontrarse bien a la persona que ama pero con respeto.
Conocíamos ya el proyecto de Lechería en Payspamba y de la existencia de un tal Padre Óscar.
Por eso decidimos decir sí a la idea de ser padrinos de una chica alumna en la Escuela
Normal de Popayan, estudiante para llegar a ser profesora.
El desarrollo de nuestra decisión se debe a la seriedad con la que se trata el proyecto en la Asociación PonteColombia.
Primero recibimos una carta que nos explicaba la situación de la chica y luego cartas de la chica enviada por ella o por los voluntarios de la Asociación que van a Colombia y al regresar nos cuentan. La chica y su familia, así como la realidad de Popayan se ha vuelto familiar.
Nos pareció una maravillosa oportunidad la invitación de Don Battista para irse con él a Colombia y conocer de persona Colombia y Ledy Viviana.
Un viaje que nos ofreció muchos puntos de vista: somos turistas, visitando un país extranjero, lejos, somos amigos, ospites de amigos, somos amigos lejanos de un país extranjero, somos voluntarios en una Asociación en búsqueda de nuevos proyectos, somos padrinos de Ledy Viviana.
Con Ledy Viviana fue primero una sorpresa, un vernos y reconocernos entre personas vistas en las fotos y sentir un enlace de intimidad. Luego nos acercamos y fue por ellos un continuo dar las gracias. Luego fue un querer conocernos más y encontrarnos en su casa, con la voluntad de ser “amigos” pero no olvidando el papel de padrinos. En una casa pobre (según nuestro estándar) vivimos acogidas, sentido de dignidad, serenidad y capacidad de no pedir nada si no la salud y seguramente no para decir algo banal.
Prometimos quedarnos en contacto, en vernos otra vez...luego regresamos a Italia con la sensación que cortamos un poco la distancia.Gracias PonteColombia por esta Asociación de amistad con el océano en medio.
